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Introducción

Implementar un Programa de Integridad es un paso esencial para cumplir con las exigencias del Estado chileno, pero hacerlo bien va más allá de tener documentos o políticas escritas.
La verdadera diferencia entre un programa que existe “en el papel” y uno que realmente protege a la empresa radica en tres factores clave: compromiso, aplicación y evidencia.

De acuerdo con la Ley 20.393, la Ley 21.595 y el Dictamen CGR E370752/2023, las empresas deben demostrar que su programa funciona, no solo que lo tienen.
En este artículo de Programa de Integridad – Maxing te explicamos las tres claves fundamentales que hacen que un Programa de Integridad sea realmente efectivo y cumpla con los estándares exigidos por la Contraloría y ChileCompra.


¿Qué es un Programa de Integridad?

Un Programa de Integridad es el conjunto de políticas, procedimientos y herramientas diseñadas para garantizar que una empresa actúe de forma ética, transparente y conforme a la ley.
Su objetivo es prevenir delitos, gestionar riesgos de corrupción y proteger la reputación corporativa.

Está compuesto por elementos como:

  • Política de integridad y ética
  • Canal de denuncias
  • Capacitación del personal
  • Análisis de riesgos
  • Supervisión continua

Su origen se encuentra en la Ley 20.393 sobre responsabilidad penal de las personas jurídicas, y ha sido reforzado por la Ley 21.595 (delitos económicos) y el Dictamen CGR E370752/2023, que lo convierten en un requisito formal y operativo para los proveedores del Estado.

Aprende más sobre su estructura y fundamentos en nuestro sitio web.


¿Por qué es importante para proveedores del Estado?

Para las empresas que licitan en ChileCompra o participan en Convenio Marco, el cumplimiento ya no es solo una ventaja: es una condición de entrada.

Un programa efectivo permite:

✔ Cumplir las exigencias de la Contraloría General de la República.
✔ Evitar observaciones o exclusiones por “falta de idoneidad ética.”
✔ Aumentar el puntaje técnico en licitaciones públicas.
✔ Fortalecer la reputación institucional y la confianza del Estado.

Además, demuestra que la empresa tiene controles reales para prevenir sobornos, conflictos de interés y mal uso de recursos públicos.

Conoce cómo implementarlo correctamente en nuestros Servicios.


¿Qué exige la ley o normativa vigente?

El marco jurídico chileno define no solo la obligación de tener un programa, sino también los criterios de efectividad:

🟩 Ley 20.393

Establece la responsabilidad penal de las personas jurídicas y exige modelos de prevención “eficaces y aplicados” como requisito de eximición o atenuación de sanciones.

🟩 Dictamen CGR E370752/2023

Indica que el programa debe estar “implementado y operativo”, es decir, contar con evidencia real de uso, difusión y control.

🟩 Ley 21.595

Amplía las categorías de delitos y refuerza la exigencia de gobernanza ética y controles internos.

Aprende cómo cumplir estos criterios en nuestra sección de Certificación y Cumplimiento Legal.


Las tres claves de un Programa de Integridad efectivo

Existen muchos modelos, pero solo aquellos que cumplen con tres principios básicos logran resultados sostenibles y comprobables.


🔹 1. Compromiso real de la alta dirección

El liderazgo ético es el corazón del programa.
Si la gerencia no demuestra compromiso, las políticas se vuelven simples formalidades.

Buenas prácticas:

  • Que la política de integridad sea firmada por la dirección.
  • Que los líderes hablen abiertamente de ética y cumplimiento.
  • Que exista asignación de recursos y tiempos para el programa.

En Maxing, ayudamos a las empresas a formalizar este compromiso con documentos y declaraciones auditables.


🔹 2. Aplicación práctica y comunicación constante

Un programa es efectivo solo si se entiende, se usa y se integra en la rutina de trabajo.
Debe traducirse en prácticas diarias y procesos operativos.

Ejemplos:

  • Políticas visibles y difundidas al personal.
  • Capacitaciones cortas, periódicas y registradas.
  • Canal de denuncias accesible y activo.
  • Controles aplicables en compras, pagos o licitaciones.

Fortalece la cultura ética de tu equipo con nuestras Capacitaciones.


🔹 3. Evidencia y seguimiento documentado

Ningún programa es válido si no puede probar su existencia y funcionamiento.

La Contraloría exige evidencia verificable de:

  • Políticas y procedimientos firmados.
  • Registros de capacitación.
  • Actas de revisión o mejora.
  • Reportes de uso del canal de denuncias.

Sin evidencia, no hay cumplimiento real. Por eso, las empresas deben conservar carpetas de cumplimiento organizadas y actualizadas.

Aprende a estructurar las tuyas en nuestros Casos de Éxito.


Conclusión

Un Programa de Integridad efectivo no se mide por la cantidad de documentos, sino por su impacto real en la cultura y gestión de la empresa.
Las tres claves —compromiso, aplicación y evidencia— son los pilares que permiten cumplir con la ley, mejorar la reputación y asegurar el acceso al mercado público.

No esperes a que una fiscalización te lo exija: actúa hoy.
Contacta a los especialistas de Maxing y asegúrate de tener un programa que funcione en la práctica, no solo en el papel.