¿Por qué el Programa de Integridad no es solo un requisito, sino una ventaja competitiva?
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abril 1, 2025Introducción
Desde 2023, la Contraloría General de la República (CGR) y ChileCompra dejaron claro que no basta con tener un documento llamado “Programa de Integridad”: debe estar implementado y funcional.
Pero ¿qué significa realmente eso? ¿Cómo se demuestra ante una licitación o fiscalización?
Un Programa de Integridad implementado y funcional es aquel que existe, opera y genera evidencia verificable de su aplicación cotidiana dentro de la empresa.
No se trata de un texto teórico, sino de un sistema vivo de gestión ética y cumplimiento.
En esta guía de Programa de Integridad – Maxing te explicamos qué exige la normativa chilena, cómo demostrar operatividad y qué pasos seguir para cumplir con los nuevos estándares de fiscalización.
¿Qué es un Programa de Integridad?
Un Programa de Integridad es el conjunto de políticas, procedimientos, controles y herramientas que permiten a una empresa prevenir, detectar y corregir conductas contrarias a la ley o la ética.
Su estructura deriva de la Ley 20.393 sobre responsabilidad penal de la persona jurídica y la Ley 21.595 sobre delitos económicos, junto con las orientaciones del Dictamen CGR E370752/2023, que estableció los criterios para validar estos programas ante el Estado.
Aprende más sobre su definición y componentes en nuestro sitio web.
¿Por qué es importante para proveedores del Estado?
Las empresas que postulan a ChileCompra, Convenio Marco o contratos públicos deben acreditar que su programa no solo existe, sino que está activo y funcionando.
Esto se ha transformado en un criterio decisivo para adjudicar licitaciones o evitar descalificaciones.
Ventajas de contar con un programa implementado y funcional:
✔ Cumples con la normativa y evitas sanciones.
✔ Ganas puntos adicionales en licitaciones.
✔ Aumentas la confianza del Estado en tu empresa.
✔ Refuerzas la cultura ética interna.
Descubre cómo lograrlo con nuestros Servicios de implementación.
¿Qué exige la ley o normativa vigente?
Las principales normas que regulan la exigencia de tener un Programa de Integridad implementado y funcional son:
🟩 Ley 20.393
Establece la obligación de contar con modelos de prevención eficaces para mitigar o eximir la responsabilidad penal de las empresas.
🟩 Ley 21.595
Amplía el catálogo de delitos y refuerza los estándares de cumplimiento, exigiendo una aplicación efectiva y verificable.
🟩 Dictamen CGR E370752/2023
Dispone que el Programa de Integridad debe estar implementado y operativo, y que la empresa debe demostrarlo con evidencia concreta al participar en licitaciones o contratos con el Estado.
Consulta los detalles en nuestra sección de Certificación y Cumplimiento Legal.
¿Qué significa que el programa esté “implementado y funcional”?
Un Programa de Integridad implementado y funcional cumple tres condiciones esenciales:
🔹 1. Está formalmente adoptado
- Existe un documento aprobado por la dirección o gerencia.
- Contiene políticas de ética, prevención y cumplimiento.
- Define roles y responsabilidades (incluyendo al Oficial de Cumplimiento).
- Está firmado y vigente.
🔹 2. Está en ejecución
El programa opera de forma real, con actividades periódicas que demuestran su aplicación.
Algunos ejemplos de evidencia:
✔ Registros de capacitaciones internas.
✔ Canales de denuncia activos y auditables.
✔ Protocolos disciplinarios aplicados.
✔ Matriz de riesgos actualizada.
✔ Informes o auditorías anuales.
🔹 3. Está monitoreado y mejorado
Debe haber un seguimiento continuo, donde la empresa revise y actualice su programa al menos una vez al año.
Este ciclo de mejora continua (planificar, ejecutar, verificar, actuar) demuestra que el programa evoluciona con la organización y la normativa.
Aprende a fortalecer tu programa con nuestras Capacitaciones prácticas.
Buenas prácticas para garantizar que tu programa sea funcional
Para asegurar la efectividad real del Programa de Integridad, las empresas deben:
✔ Designar formalmente a un Encargado de Cumplimiento con autoridad operativa.
✔ Asegurar canales de denuncia activos y bien comunicados.
✔ Mantener registros verificables de todas las actividades.
✔ Evaluar riesgos y controles periódicamente.
✔ Actualizar el Código de Ética y las políticas al menos una vez al año.
✔ Realizar auditorías internas o externas sobre el cumplimiento.
Conoce experiencias exitosas en nuestra sección de Casos de Éxito.
Caso práctico: la diferencia entre “tener” y “aplicar”
Una empresa postuló a una licitación con un documento de integridad sin evidencia de aplicación.
La Contraloría observó su propuesta y fue descalificada.
Meses después, implementó el programa con políticas activas, capacitación y canal de denuncias operativo.
En su siguiente licitación, fue adjudicada sin observaciones.
El aprendizaje: no basta con declarar integridad, hay que demostrarla.
Conclusión
Un Programa de Integridad implementado y funcional es el que vive dentro de la organización, genera evidencia, se comunica y mejora constantemente.
Cumple con la ley, fortalece la reputación y diferencia a las empresas que realmente practican la ética de aquellas que solo la declaran.
En Maxing ayudamos a tu empresa a pasar del cumplimiento formal al cumplimiento real, asegurando que tu programa sea operativo, auditable y certificado.